Bueno, se llama así: Velorio a los cajueleros y devotos, la costumbre en la que los socios y socias de la Cofradía encargada de la festividad en honor del Niño Jesús realizan a quienes ofrecieron ser cajueleros o devotos en la fiesta de Navidad. El velorio consistía en enceder velas para acompañar la cajuela en casa del cajuelero, combinando oraciones con palabras de cortesía y agradecimiento. Se brindaba algún licor fino para sellar el compromiso del cajuelero. Con esta visita para encender velas se conoslidaba el compromiso renovado cinco meses antes en la visita de seis meses.
Es probable que en sus orígenes estas visitas hayan tenido un peso más religioso. Desde la década de los 80, el velorio en casa del cajuelero ha devenido en un pretexto para la celebración y el consumo de cerveza u otro licor, que es el anticipo de la borrachera en la que se sumerge la fiesta en el pueblo.
Habrá que remontar esta distorsión para recuperar los valores y el significado de las costumbres, teniendo como centro de atención a Jesús Niño y lo que significa para la fe católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario